miércoles, 25 de diciembre de 2019

Jesús el Libertador, está por nacer


Por: Evaristo Augusto Chunga Zapata

Faltan pocas horas para celebrar el nacimiento del protector de la humanidad, del Libertador que demanda justicia para todos. Está por nacer, JESÚS.

- Papá faltan diez horas para la noche buena- me dice mi hijo - tenemos que descansar después del almuerzo, para poder quedarnos hasta las doce de la noche, pero una hora antes, tenemos que ver una película muy interesante llamada: Milagros del Cielo - sugiere mi hijo, Eduardo Jesús - a quién le llamamos Jesús desde que vino al mundo y que llegó como una bendición a nuestro hogar. 

Todos en casa estamos de acuerdo con la magnífica propuesta de Jesús.

Son las dos y media de la tarde y estamos a punto para terminar la jornada de trabajo, luego almorzamos, hacemos las tareas propias del hogar, nos aseamos y todos nos fuimos a descansar un momento para renovar energías y estar listos a la espera del nacimiento del Libertador.

La tarde ya se estaba extinguiendo y luego de hacer lo uno, lo otro y aquello decidimos que toda la familia, salga al frontis de la casa a esperar la hora del nacimiento de Jesús. El árbol de navidad elaborado por toda la familia con sus respectivas luces y adornos y el Nacimiento donde mi compañera de toda la vida, puso su talento y creatividad ya estaban listos para que a las doce de la noche coloquemos al Niño Jesús.

Las familias vecinas también a esta hora de la noche disfrutaban del agradable y fresco aire, reunidos conversaban, los niños jugando, otros jóvenes comprando los juegos artificiales para lanzar al aire minutos antes de las doce de la noche, aunque muchos ya los estaban utilizando, siendo los más perjudicados los perros que al escuchar el sonido estridente corrían de un lugar a otro para protegerse. 

Transcurrieron las  horas de conversación, abordando temas de fútbol, las últimas contrataciones de los equipos de La Liga 1, del futuro del Atlético Grau, patrimonio de Piura. Además hablamos del transcurrir muy veloz del tiempo pues estamos a siete días para que culmine el año 2019 y parece que hace poco hubiese empezado el año que se nos va. Recibí llamadas telefónicas de mi madre, Dora de mi tío Antonio, de mi hermana Josefa, de mi sobrino, Pepe. También de amigos de diferentes lugares de la región y el país.

Eduardo Jesús siempre recordándonos que a las 11 de la noche teníamos que ver la película Milagros del Cielo. Nos cuenta que se trata de una niña que sufre de una enfermedad incurable al estómago, y que jugando con sus hermanitas subió a un árbol quedando atrapada en el tronco hueco por varias horas para luego ser rescatada por los bomberos. 

Continúo explicando mi hijo, que durante el tiempo que permaneció  atrapada en el tronco hueco de un inmenso árbol la niña les contó a sus padres que estuvo en el cielo donde conoció y conversó con Jesús, el Libertador. Luego que la rescataron del árbol, ella comenzó a llevar una vida normal como toda niña de su edad, presentando una mejoría total de su enfermedad. A cinco minutos para las 11 ingresamos a nuestra casa a disfrutar la película. 

Faltan minutos para las doce de la noche. El cielo se cubre de luces multicolores con juegos artificiales atractivos, pero interrumpido por el ruido potente de bombardas,  prohibidas por las autoridades pero que adquiridas por algunos pobladores para hacerlas estallar, según ellos como muestra de la llegada del 25 de diciembre, celebración de La Navidad.

Son las doce de la noche, nos abrazamos toda la familia, mi esposa, el tesoro más importante de nuestro hogar con el Niño Dios en sus manos, se dispone a colocarlo en el pesebre que adorna El Nacimiento. Oramos por todas las familias, por todos los seres humanos, por nuestra familia, por los que están cerca y los que están lejos, por los que estuvieron en la tierra y hoy ya no están. Elevamos una oración a Dios para que siempre existan hogares felices, que nos les falte alimento, que gocen de excelente salud y que siempre actúen correctamente.

Luego todos nos fuimos a descansar para esperar un nuevo día. Pensé y anhelé en esos momentos, que todos los días sean Navidad, para reunirnos en familia, que todos los días sean Navidad para que los seremos humanos oremos por un mundo mejor y justo, que todos los días sean navidad para que Jesús el Libertador, vuelva a nacer.